María Dolores Linares
La otra cara de la integración.
Conflicto, identidad y frontera en el proceso de integración sudamericano.
El caso Posadas-Encarnación: el puente San Roque González de Santa Cruz
Tesis doctoral bajo la dirección de Susana Sassone (CONICET-UBA) y Alain Musset (EHESS)
La otra cara de la integración.
Conflicto, identidad y frontera en el proceso de integración sudamericano.
El caso Posadas-Encarnación: el puente San Roque González de Santa Cruz
Tesis doctoral bajo la dirección de Susana Sassone (CONICET-UBA) y Alain Musset (EHESS)
Resumen: Las transformaciones económicas y territoriales producidas en el marco del proceso de integración del Mercosur han influido de una manera particular en aquellas áreas donde las sociedades de los distintos países miembros se encuentran cara a cara: en las fronteras. La inauguración de puentes, además de las reformas aduaneras y migratorias, ha cambiado los modos de vida en la frontera argentina con Uruguay, Brasil y Paraguay. El puente San Roque González de Santa Cruz que une la ciudad argentina de Posadas con su vecina paraguaya de Encarnación es, desde 1992, el escenario de manifestaciones sociales transfronterizas que tienen como protagonista tanto a la sociedad paraguaya como de la argentina.
Este proyecto de investigación tiene por objetivo el análisis de las representaciones sociales en los habitantes de la frontera y las reivindicaciones sociales identitarias generadas a partir de la construcción de un puente como vinculación terrestre en la frontera argentino-paraguaya a través de la aplicación preferente de metodologías cualitativas basadas en el análisis del discurso de la prensa escrita de ambos países (local y nacional) y entrevistas en profundidad a actores representativos de la frontera en las dos sociedades locales. Nos proponemos principalmente comprender las fronteras materiales y simbólicas operacionales de cada una de las dos sociedades, así como la emergencia de nuevas identidades de frontera, no sólo en relación al “otro” sino también en relación con el poder central, es decir, el estado nacional.
Informe personal sobre el trabajo de campo
Abril/Mayo 2009. Posadas, Misiones
Primera parte
Abril/Mayo 2009. Posadas, Misiones
Primera parte
1. Llegada y posicionamiento
Llego a Posadas el día 20 de Abril por la mañana y me alojo en una habitación dentro de la casa de una profesora de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Nacional de Misiones, cuyo nombre es Tamara. Ella tiene como inquilinos también a una familia compuesta por una madre con sus dos hijos adolescentes, en una situación irregular de conflicto familiar.
El día de mi llegada estaba en la casa además el padre de Tamara, paraguayo. Nos invitó al Paraguay y hablamos con él sobre la situación política y social del país.
El alquiler es muy económico, la casa está alejada del centro, en un barrio tranquilo y agradable. El ambiente “familiar” es bueno, hay mucha conversación y buenos tratos. Por otra parte, el habitar en una casa posadeña me da la posibilidad de conocer de tiempos, de costumbres e idiosincrasias de la vida en la ciudad. Por ejemplo, tengo la posibilidad de observar cómo pasan las “paseras” a vender por la casa o de conocer mejor cómo se mueve este barrio a toda hora.
Sin embargo, con el tiempo mi trabajo de campo va necesitando momentos de soledad, de reflexión y concentración, lo cual se hace muy difícil en un ambiente tan poblado. Por un lado, mi habitación no posee un escritorio donde pueda trabajar tranquila, y por el otro, aún teniéndolo, la presencia de dos adolescentes en la casa es siempre ruidosa y problemática (televisión, radio, etc). Ya llegando al fin de mi estadía, si bien el ambiente sigue siendo bueno, mi paciencia va descendiendo y evito los momentos de mayor sociabilidad en la casa.
2. Entrevistas
El cuestionario semi-cerrado para las entrevistas había sido confeccionado unos meses antes del viaje y discutido con uno de mis Directores de Estudio. No era un cuestionario largo, sólo podría tomar unos quince minutos en contestar. Quedaba ahora poner en práctica dicho cuestionario y observar cómo funcionaba. Pero la tarea más ardua no residía allí, sino en el hecho mismo de contactar a mis entrevistadas, ganar su confianza y lograr que acepten contentar mis preguntas. Al tratarse de mujeres que, siendo en su mayoría paraguayas, realizan un trabajo ilegal en Posadas, el contacto sería, por lo menos, difícil. Sin embargo, los primeros días fueron fáciles…
El primer día de trabajo logro hablar con una mujer, entramos un poco en confianza y le propongo ir a hacerle la entrevista en otro momento, cuando no tuviera que trabajar tanto. Acepta. También contacto a otra y quedamos para otro día.
“Aprendizajes”: a pesar de los primeros contactos, la realidad indicaba que aún no había realizado ninguna entrevista. Cuando realicé la primera pude comprobar que el cuestionario se respondía muy rápido, a veces no llegaba a los diez minutos. Por dicha razón comencé a presionar un poco más para que me respondieran en el acto las preguntas, sabiendo que no les iba a llevar mucho tiempo.
Esos primeros días pude realizar varias entrevistas, enterándome de diferentes modos de trabajo de dichas mujeres, de estrategias y preocupaciones diversos.
Compruebo que nunca aceptan que grabe las entrevistas, por lo cual me veo obligada a tomar notas. Pero por otra parte se sienten muy incómodas cuando saco la hoja con el cuestionario, por lo cual debí aprenderme casi de memoria las preguntas y anotar en mi cuaderno de anotaciones las respuestas. Aprendo así que pese al trabajo previo en la planificación del “campo”, la tarea del investigador debe adecuarse lo más posible a las necesidades y realidades de los sujetos. “Tarea para el hogar”: reformular cuestionario, preparar un anotador especial para la tares, dejar el grabador en stand-by…
Luego de ese contacto inicial con las mujeres, comprobé que sus informaciones era correctas: el rumor de de la presencia de “la AFIP de Buenos Aires” alejó a estas mujeres de sus trabajos cotidianos…ya no se observaban vendiendo casa por casa en las calles, ni en los alrededores del Mercado, ni en el Puerto. Las calles sufrían, como yo, la ausencia de estas mujeres: no había ni una de ellas en Posadas.
Cuando la situación se “normalizó” pude realizar algunas entrevistas más, aunque esta vez adentrándome en un ambiente nada seguro. La zona donde encontrar más fácilmente a estas mujeres era algo peligrosa, hasta el punto que ellas mismas me advirtieron de los cuidados que debía tener si quería seguir “preguntando”. “Tarea para el hogar”: tener en cuenta las precauciones.